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Ver para Creer

22 de junio de 2020

Jesús, resucitado, se apareció ante sus discípulos (salvo Tomás, que no estaba presente) anunciando paz para todos. Sopló y éstos recibieron al Espíritu Santo, el Cristo Personal (o Consciencia Crística) que todos poseemos y que inicia nuestra alma en el plano material. Este Cristo Personal es ese profeta que hay en ti, tu Consciencia Superior.

Pasaron ocho días y Jesús, anunciando de nuevo paz para todos, se volvió a aparecer ante sus discípulos (Tomás incluido). Jesús pidió a Tomás que tocara sus heridas, su costado, para que creyera lo que estaba viendo. Entonces, Tomás respondió “Mi señor y mi Dios”. Jesús le dijo que como Tomás había visto, había creído. También le dijo “bienaventurados los que no vieron y creyeron”.

(Juan 20:19-29)

Hay que ver para creer pero para creer hay que crear. Para crear hay que conectar con nuestro Cristo Interior y así poder conectar con el Espíritu Santo en nosotros. Ésta es la verdadera forma de crear y de sanar nuestra alma, sus heridas en el plano físico, manifestadas en los cuerpos etérico, mental, emocional y físico (siendo éste último el que manifiesta una enfermedad creada anteriormente en alguno de los otros tres).

Para conectar con tu Cristo Interior y elevar tu consciencia sanando la herida de tu alma puedes trabajar la siguiente afirmación originada en el pasaje bíblico mencionado:

YO CONFIESO QUE HE PECADO CONTRA EL DIOS PERFECTO.

YO AFIRMO QUE LA MUERTE DE JESÚS EN LA CRUZ PAGÓ COMPLETAMENTE POR MI PECADO.

YO CONFÍO SOLAMENTE EN QUE JESÚS PAGÓ POR MIS PECADOS PARA RECIBIR LA VIDA ETERNA Y SER HECHO JUSTO DELANTE DE DIOS, MI SEÑOR Y MI DIOS.

Juan Adam