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Alimenta tu alma con literatura

Fernando Pessoa

Pessoa

Aquí se encuentran al completo los 44 poemas de Fernando Pessoa mencionados en el libro de Juan Adam titulado Sana tu Herida a través de la Poesía.

CON LAS MALETAS HECHAS Y TODO A BORDO

Con las maletas hechas y todo a bordo

Y nada más que esperar de la tierra que dejamos,

Ya con loa trajes cómodos característicos de los viajeros sobresaliendo por el riel

Digamos adiós con una clara alegría por lo que se queda,

Adiós a las aflicciones y a los pensamientos habituales, a los hermanos, a los lares,

Y cuando el navío, lentamente, se aleje del muelle

Disfrutemos de una gran esperanza indefinida y escalofriante,

Trémula sensación de futuro.

Aquí estamos, en camino, y casi en medio del río

Aumenta la nitidez que dejamos en tierra

De los porches, montacargas o mercancías descargadas

Y no es a nosotros, por suerte, a quienes aquella familia dice adiós

Aglomerada en el extremo del muelle, subjetiva y visiblemente cuidando

De no caer en el agua en medio de la emoción.

Miremos hacia los compañeros de abordo. ¡Qué diversos son!

Unos van de paso. Ninguna de estas despedidas es para ellos.

Otros, con aire pálidamente sonriente de no querer llorar,

Gesticulan con un gesto poco elegante y poco valiente con los pañuelos

Para los pañuelos de otra gente que hacen señas desde el muelle

En el muelle, observando, súbitamente más lejos de lo que notamos.

La amargura alegre de la vida,

El sabor especial al comienzo del viaje marítimo, la mezcla con nuestros sentidos

Del hedor de las maletas, del hedor del navío, del hedor de la comida a bordo,

Y nuestra alma es un cúmulo de hedores y sabores

Y todo es el viaje indefinido que veremos con el paladar y el olfato,

Todo es la incertidumbre sensual de la vida sentida bajando por la espina…

Y nosotros a ninguno dejamos …

Si dejásemos. ¡qué lindos pañuelos!, el navío que se aleja

Se alejaría más de la tierra;

Todo se alejaba de nuestro pasado, de nosotros mismos, quedos aquí y en camino,

Con el sentimiento habitual con el cual besamos a nuestra madre,

De alegría con la cual a veces, jugando, irritábamos a nuestras hermanas…

¡Partir! Partir es vivir en exceso. Qué es todo sino partir…

Todos los días del muelle de nuestra vida nos separamos, navíos (…),

Y vamos hacia el futuro como si fuésemos hacia el Misterio,

Mas ¿qué sabemos adónde vamos, oh dolor y lo que somos,

Y qué proteico y fluido Dios tutela las salidas?

Mira, de lejos, ya los montacargas se están moviendo,

Mira las siluetas del muelle, siluetas negras, manchadas de pañuelos que hacen señas,

Mira los caserones de cinc ondulado de los muelles y golosinas, sus puertas,

El sosiego destacado y acostumbrado a esto de los empleados y de los arrieros …

¡Va tal angustia, tan inexplicable angustia en mi alma,

Que no sé cómo tengo valor, viendo que grito así, para estar parado

En el muelle, tranquilamente los arrieros y los guardias fiscales!

Borrachera de la vida … con nervios en nuestras sensaciones …

Perturbación alcohólica de nuestros sentidos íntimos …

Nuestra alma sale un poco para afuera de su lugar

Y las ruedas de nuestra vida cotidiana empiezan a tambalearse como si se salieran del eje …

Afuera en la cubierta la gente que ya está acostumbrada a estar aquí a bordo

Se muestra ajena a esto mas interesada

Ay, en cuanto miro directamente miro tranquilo,!

Tiemblan en mí los nervios empatizando con los que veo sentir,

Por los ojos me caen las lágrimas de los que lloran porque se separan,

Tengo en las manos los gestos circulares de las manos nostálgicas que  ceñan con pañuelos,

Son todas las penas que toda esta gente tiene por marcharse …

Son las esperanzas que se llevan consigo y ahora les hacen más trémulo el dolor de la despedida,

Estoy [… ] dentro de todos ellos, en la ropa que compraron para el viaje,

En los pequeños objetos que, en la víspera (“Allí me iba olvidando” dicen, y era algo inútil)

Compraron de noche en una tienda de hadas llena de maletas de oro y que iban a cerrar …

Ay, con todos los nervios de toda la gente, mis nervios vibran …

Y con la irrupción de las máquinas del navío, y con el crepitar de la bandera al viento

Y con el túmido temblor del cableado y con el ondular de los toldos

Y toda mi alma es una vibración dolorosa físicas en ritmos míos.

Vida cosmopolita arrojada a los cuatro vientos …

Vida de tanta gente real a bordo de tantos navíos …

Embriaguez de lidiar con otra gente y saber que existen y tienen vidas pasadas, preparadas, gozadas,

Sufridas, y tan curioso el traje, interesante la moral, de cada persona,

Y tan lleno de enigmas y de metafísicas o modo de hablar, cómo ríen, cómo se arreglan el cabello, cómo se entienden los unos con los otros …

Sensación metafísica de las otras personas y de sus realidades, y de su escenario …

¡Ay, dolencia humanitaria de mis nervios vibrando llenos de otras personas,

Deleite de gozar y sufrir a través de las hipótesis de otros

Y yo siendo solo yo, solo yo eternamente, y sin tener otras vidas más que la mía!

Como si tocaran el fado de repente a medianoche en una aldea en Norteamérica,

Una fatalidad metafísica con los nervios de toda la gente vibra en mí a cada momento. 

Cuando me fijo cospopolíticamente en los otros, y oigo varias lenguas

Y veo en los gestos y en los trajes – que parecen idénticos pero son diferentes – diferentes patrias, diferentes costumbres,

Y entreveo diversos lares, vidas comerciales complejas, amores desconocidos, pero ciudades que desconozco,

Todo como en un cinematógrafo en un teatro del tamaño del Universo,

Donde se supiera que acababa el mundo y saliendo hacia afuera,

Sin casa adonde regresar, ni auto que nos lleva a ningún lugar,

Solo la Noche Absoluta, y Dios tal vez como una una Luna Enorme significante.

Profunda y religiosa soledad del indefinido Universo, 

Amplitud enorme, ni larga, ni alta, ni cumplida,

Solo espacio, el constelado espacio

De este misterio azul-negro y estrellado donde la tierra es una cosa

Y las vidas aparecen como lanchas en la superficie del agua …

Rayos de sol entrando por la ventana entreabierta en el cuarto de la casa de campo,

Mediodías en las eras abandonadas,

Tardes noches para encuentros en otras márgenes de ríos,

Hacer de nuestro logro natural un sosiego, una capa

Y descender sobre mi alma …

Vosotros, campos reposados e incivilizados

Vosotros, ríos tranquilamente pasando por una inquietud,

Vosotros, jardines públicos por las tardes visitados

Vosotros, estanques en quintas, vosotros, lares en solares,

Y disperso arfar de seda negra, el silencio de la noche. 

NUNCA HE GUARDADO REBAÑOS

Nunca he guardado rebaños,

Pero es como si los guardara.

Mi alma es como un pastor,

Conoce el viento y el sol

Y va de la mano de las Estaciones

Continuando y llorando.

Toda la paz de la Naturaleza sin gente

Viene a sentarse a mi lado.

Pero me quedo triste como una puesta del Sol

Para nuestra imaginación,

Cuando se enfría al fondo de la llanura

Y se siente la noche entrada

Como una mariposa por la ventana.

Mas mi tristeza es sosiego

Porque es natural y justa

Y es lo que en el alma ha de estar

Cuando piensa que existe

Y las manos recogen flores sin ella presente en eso.

Con el ruido de unas sonajas

Lejos al girar una calle,

Mis pensamientos están contentos.

Solo me apena saber que están contentos,

Porque, si no lo supiera,

En lugar de estar contentos y tristes,

Estarían alegres y contentos.

Pensar incomoda tanto como caminar bajo la lluvia

Cuando el viento crece y parece que llueve más.

No tengo ni ambiciones ni deseos.

Ser poeta no es una ambición mía.

Es mi manera de estar solo.

Y si a veces deseo,

Con imaginación, ser un corderito

(O ser todo el rebaño

Para ir desparramado por toda la ladera

Siendo algo muy feliz al mismo tiempo),

Es solo porque siento lo que escribo a la puesta del Sol

O cuando una nube pasa la mano por encima de la luz

Y corre un silencio fuera en la hierba.

Cuando me siento a escribir versos

O, paseando por los caminos o por los senderos,

Escribo versos en un papel que está en mi pensamiento,

Siento un cayado en las manos

Y veo una imagen de mí

En la cima de una colina,

Mirando hacia mi rebaño y viendo mis ideas,

O mirando hacia mis ideas y viendo mi rebaño,

Y sonriendo vagamente como quien no comprende lo que se dice

Y queriendo fingir que comprende.

Saludo a todos los que me leen,

Y me quito el sombrero.

Cuando me ven a la puerta

Mal la diligencia se sube a lo alto de la colina.

Les saludo y les deseo el sol

Y la lluvia, cuando la lluvia es necesaria,

Y que sus casas tengan

Bajo una ventana abierta

Una silla de su predilección

Donde sentarse para leer mis versos.

Y que al leer mis versos piensen

Que soy cualquier cosa natural –

Por ejemplo, un árbol antiguo

A cuya sombra de pequeños

Se sentaban de golpe cansados de saltar,

Y se limpiaban el sudo de la frente caliente

Con la manga manchada.

DIÁLOGOS FILOSÓFICOS

– De los 9 argumentos conocidos para probar la existencia de Dios, prefiero decididamente el décimo.

– ¿Cuál es el décimo?

– Este. Es muy simple. Todo es efecto de una causa. El mundo es una cosa; es por lo tanto un efecto. Existe por lo tanto una Causa del Mundo.

– ¿Qué valor tiene esa simple afirmación? No tiene ningún valor. Sin ir más lejos, respóndame: ¿por qué no ha de ser el mundo una causa y no un efecto? ¿Qué lo enmarca como efecto y no causa? O ser una cosa. Entonces, ¿una causa no es una cosa? – A propósito, ¿qué sentido tienen las palabras «efecto» y «causa»?

– Llamo causa a aquel elemento activo sin el cual una cosa cualquiera no existiría. Digo activo porque, por ejemplo, un edificio no podría existir sin el terreno donde se ha construido; y el terreno todavía no es la causa (o acaso una causa, admitiendo que haya una multitud de causas) del edificio.

– ¿Recuerda quién está detrás de esa palabra «activo»? Eso alarga la discusión. La abre, propiamente. Veamos: ¿el Efecto es activo? ¿lo es o solo lo es la causa? ¿La actividad es atributo esencial de uno o (lo es) del otro?

– No, vamos demasiado deprisa. Detengámonos para ver qué es la causa, qué es el efecto. Voy por la calle, me encuentro con uno que a propósito me suelta un improperio, le contesto y él me insulta, le parto la cara. Veamos las causas aquí: la causa de que yo le partiera la cara es mi disposición para hacerlo; la causa de mi disposición para hacerlo es que me insultara; la causa de que me insultara es que yo le contestara; la causa de que yo le contestara es que él me soltara un improperio; la causa de que me soltara un improperio es que me hubiera visto, naturalmente […]

ESTADO DE ÁNIMO

Mi alma pensar teme

Tiemblo de mero contento.

A veces a mí llegar siento

Fría, triste, feroz, tenue

Lasciva espiritualidad empero.

Uno con la hierba me hace.

Empapada de flores mi vida.

A la brisa pasar no le vale 

Y pétalos rojos ahora me quita

Y mi corazón llora sin cuitas.

Entonces Dios en mi vicio convertido 

Y los sentimientos divinos un abrazo

Que con su vino envuelve mis sentidos

Y no deja otra cosa a mi lado

Que ver a Dios brillar, crecido y florecido.

Fundidos mi pensar y sentir,

Vaga y viva unidad procuran.

Como mar a tormenta venir,

Sutil dolor me susurra

Como viendo enjambre acudir.

Mis ideas se confunden,

Se mezclan entre sí y aumentan

Su posición y se funden.

Nada distingo mas las mezclas

Imposibles de mi esencia.

Me exaltan mis pensamientos.

Mi alma de mi sentir infestada.

Mi voluntad empapada dentro.

La vida sin sueño deformada

En bello duelo de mis versos.

Antínoo

Sentía Adriano fría la lluvia afuera.

Yace muerto el joven

En el lecho bajo, y todo desnudo,

A los ojos bajos de Adriano, cuyo dolor es miedo,

Ante la luz opaca difusa del eclipse-muerte.

Yace muerto el joven, y el día noche parecía

Ahí fuera. La lluvia cae como la Naturaleza

Enferma matándolo.

Recuerdo de que él se fue sin dar placer.

Su único placer siendo la muerte débilmente.

¡Ay de esas manos próximas a las de Adriano calientes,

Cuya fuerza frías ahora las siente!

¡Ay del cabello atrapado en armonía por el peinado!

¡Ay de los ojos tan inquietamente osados!

¡Ay de ese cuerpo masculinamente femenino que

Aparenta ser un dios para la humanidad!

¡Ay del carmesí de los labios que al abrirse titilaban!

¡Ay del asedio lujurioso artísticamente vivo!

¡Ay de esos dedos tan buenos que ocultarse merecían!

¡Ay de los besos que audaz la pasión volvía!

¡Ay de la lujuria gobernando completamente

Furiosa en suspensión conscientemente!

La lluvia es silente y esto ya no

Prevalece. El Emperador

Se hunde en el lecho. Su pena enfurece,

Pues los dioses se llevan la vida que dan

Deshaciendo la belleza que hicieron vibrar.

Se lamenta sabiendo que la vida envejece

Observándole desde el más allá;

Universal es su amor desgraciado,

Por los mil hijos del Sueño llorado.

Antínoo está muerto, muerto para siempre,

Muerto está para siempre y su amor lo lamenta.

Venus, que fue amante de Adonis,

Viéndolo recién nacido y ahora muerto de nuevo,

Reaviva su vieja pena

Mezclándola con el dolor de Adriano.

Ahora Apolo está triste porque el ladrón

De su cuerpo blanco por siempre frío estará.

Ningún beso cariñoso sobre el pezón puntiagudo

Cubriendo el vacío del latido de su corazón restaura

Su vida de nuevo para abrir sus ojos y sentir

En sus venas la fuerte presencia de Amor.

Ya no pretende el amor de otra persona.

Las manos que acariciaban su cabeza

Juntas, pareciendo todo menos manos,

Imploran sobre el cuerpo sin vida.

Cae la lluvia y él yace como aquel

Que la reacción de su amado ha olvidado

Y despierta a la espera de un fogoso reencuentro.

Ahora sus artes y juegos con Ereshkigal están.

Este hielo humano el fuego ya no avivará ;

Sus cenizas, en llama, de arder dejarán.

¡Ay, Adriano! ¿Qué será de tu fría vida?

¿Qué la incita y empodera para adueñarse de hombres?

Su ausencia sobre tu imperio visible

Llega como la noche,

Sin esperanzador amanecer placentero.

Tus noches ahora viudas de amor y de besos;

Tus días ahora sin esperar la noche se quedan;

Tus labios ahora sin motivo para la felicidad

Tan solo pronuncian el nombre de Ereshkigal

Pareada con la soledad, miedo y pesar.

Tus manos añoran la alegría perdida.

La lluvia que cesa sobre tu cabeza,

Tu mirada elevada al amado querrían.

Sobre el lecho de muerte yace desnudo;

Junto a ti yace tan puro.

Su sentido indolente deseas saciar,

Insatisfecho hasta la saciedad e incitar

Con insatisfacción tus sentidos a sangrar.

Su boca y mano jugar deseaban,

Tu malherida espalda herida seguía.

Sentido vacío que te parecía

La lujuria saciada que te arrebataban.

Nuevos juegos en tu carne practicaba

Y nervioso temblando caías

Sobre el confort que tus sentidos calmaban.

«Hermoso mi amado» con melancolía.

Artimaña para amar que te cautivaría,

Eternamente triste entre la lujuria furiosa.

Abandonado por el Nilo, el eterno Nilo.

Bajo su semblante frío Ereshkigal arremete

Contra el deseo con sonrisa triste.»

Incluso piensa que la lujuria existente

En la memoria revive y toma

Sus sentidos de la mano, su cuerpo despierta

Y todo como antes de nuevo retorna.

El cuerpo inerte de su lecho renace

Y junto a él se acuesta cerca, más cerca y

Con manos invisibles y cariñosas

Entrando con lujuria por su cuerpo

Le susurra requiebros de amor,

Lo suficiente para derramar su última voluntad,

¡Oh, fugitivos partianos dulces y crueles!

Se reclina y mira a su amado

Que ama lo que solo Dios sabe

Vagamente entrevé lo que él contempla.

Con sus fríos labios recorre todo su cuerpo.

¡Así de gélidos son sus labios!

Apenas siente la muerte del cuerpo inerte

Pero parece que ambos son muertos vivientes

Y el amor todavía es la presencia que conmueve.

Entonces sus labios cesan en la frialdad del otro.

¡Ay del aliento deseado recordando sus labios

Por los dioses llevados en forma de lágrimas

Entre él y su amado. La punta de sus dedos,

Jugueteando por todo el cuerpo,

En busca de una respuesta por parte de ellos.

Pero su amor incomprendido

Deja al dios sin culto querido!

Alza su mano el cielo buscando

Y llora a los dioses callados su dolor.

Apartad el rostro calmado de su plegaria

¡Oh, poderosos dadores! Su reino cederá.

En los calurosos desiertos vivirá agostado,

Esclavo o mendigo en lejanos parajes,

¡Devolvedle a sus brazos el ardiente amado!

¡Retirad esa tumba que para él reservareis!

¡Llevad todo el encanto femenino de la tierra

Y derramad el resto sobre un sepulcro!

Pero, por encima de Hebe, Júpiter a Ganimedes eligió

Para su copa en las fiestas llenar, e infundir

El amor cariñoso en la escasez del otro

Pulverizando los abrazos femeninos.

¡Oh padre de los dioses, conserva este joven,

Su blanco cuerpo y su cabello dorado!

Tal vez tu mejor Ganimedes consideraste

Que sería, de los brazos de Adriano arrebatado

Y su belleza para ti robaste.

Era un gatito jugando con lujuria, jugando

Con la de Adriano y la suya, a veces uno

Y a veces dos, ahora unidos, ahora separados;

Ahora la lujuria dejando, ahora la lujuria dilatando;

Ahora contemplándola no abiertamente mas de reojo

Pisoteando de esa falsa lujuria la expectación;

Ahora sutilmente imagina lo que fuera pasión,

Ahora jugueteando medio serio, medio bromeando

Pero la lujuria mirando, ahora deseando

Tomar la lujuria en su lujuria conservando.

Así pasó el tiempo entre sus manos enredadas

Y las horas entre sus miembros se deslizaban.

Ahora hojas secas sus brazos eran, ahora bandas de hierro;

Ahora copas sus labios eran, ahora todo bebía;

Ahora cerrados los ojos tenía y ahora vigilantes;

Ahora trabajando a destajo su frenesí tenía;

Ahora su arte alas dirigiendo eran.

Ese amor como doctrina vivido

A los dioses cercanos era ofrecido.

A veces adornado o como estatua medio desnuda

Imitando a un dios de marmórea virtud

Que a un hombre de nuevo podría dar luz.

Ahora es Venus, espuma del mar;

Ahora Apolo, joven y pasional;

Ahora Júpiter a sus pies juzgando

La presencia del amado esclavo;

Ahora como un ritual contemplado,

En misterios revelados.

Ahora es lo que cualquiera puede ser.

¡Oh dura negación de lo que es!

¡Oh frío encanto de luna de rubios cabellos!

¡Demasiado fría! ¡Demasiado! ¡Y el amor tan frío como él!

El amor a través de los recuerdos del amante deambulan

Felices por un laberinto con locura,

Y ahora su nombre clama y lo incita a venir,

Y ahora sonríe al recuerdo que viene

Del corazón como rostros en el crepúsculo –

Recuerdos lúcidos de lo que fueron.

La lluvia surge golpeando de nuevo

Dando sentido a la humedad en el aire.

El Emperador imagina de repente

Su cuarto y todo como distante.

El lecho, al joven y su complexión vio

Sobre el lecho desplomarse y convertirse

En una nítida presencia ante él y sin pronunciar dijo

Estas palabras ante el temor de su alma:

Una estatua para ti esculpiré que será

La prueba futura que perpetuará

Mi amor y tu belleza y el sentido

Que tal belleza dio a la divinidad.

Aunque la muerte sutilmente arrastre

La savia de vida y el imperio de nuestro amor,

La estatua desnuda que inspiras,

En un futuro, posible o no,

Como regalo caído del cielo,

Inevitablemente los heredará.

Esta estatua tuya esculpiré y alzaré

A la cumbre de tu ser y el Tiempo

Con sutil fechoría temerá

Devorarle la vida, corroerla

Con la furia fragorosa de guerras.

¡El destino no puede ser eso! Los dioses hacedores,

La mano del mismo Destino, que sumerge

A los dioses en la oscuridad, dejará de dañar

Tu estatua y mi compañero,

Aliviando tu ausencia

Del vacío terrenal.

Esta imagen de nuestro amor todos los tiempos abarcará.

Del pasado resplandecerá para ser

Eterna, como una victoria romana,

El futuro la ira nos traerá

Por no ser nuestro amor real.

¡Que esto no sea necesario, que tú

La rosa del amor perfumando mi vida seas,

La guirnalda custodiando mi placer,

La llama viva del altar de mi alma!

Que ahora puedas sonreír

Bajo los párpados cerrados

Y te preguntes sobre mi lucha

Contra los dioses por tu abatida presencia;

Nada queda mas mi duelo vacío

Y tu sonrisa latente medio consolando

Mi dolor soñando la esperanza prohibida.

Así se marchó, como enamorado esperando,

Por su dubitativa mente deambulando.

Siendo la esperanza su intención,

Ceguera tan solo sintió

En su deseo indefinido.

El amor ante la muerte, no sabemos qué sentir.

La muerte sobre el amor, ignoramos qué saber.

Ahora su duda espera, ahora su espera duda;

Ahora del deseo soñado el sentido se burla

Y un lúgubre vacío perpetúa.

De nuevo los dioses el brillo del amado anublan.

Tu muerte un deseo más elevado me ha traído –

Un deseo carnal ansioso de eternidad.

En mi destino imperial deposito mi confianza

De ser emperador por los dioses supremos

Que no anularán de mi vida real

El deseo de tenerte vivo para siempre

Manteniendo tu presencia en su mejor morada

Más encantadora sin ser dañada

Por imposibles que hieran nuestros corazones

Con cambios, el tiempo y batallas.

¡Amor, amor, amor mío! ya eres un dios.

Estos pensamientos que me hacen creer

No son deseos mas realidad que me permiten ver

Los grandes dioses que el amor puede dar

A los mortales, como deseos –

Deseos de lo insondable por alcanzar –,

Una visión de la realidad más allá

De los confines de la vida, de los sentidos por liberar.

¡Cuánto deseo como ahora tenerte!

Ya en los confines del Olimpo

Caminas con arte y perfección,

Ya no necesitas mostrarte

Perfecto, siendo la perfección.

Mi corazón como un pájaro al alba canta.

Una gran esperanza de los dioses en mí

Mi corazón a estados más sublimes alza

Para no creer ese extraño mal en ti

Mortal en tu existir.

¡Mi amor, mi amor, mi amor divino! Déjame besar

Tus labios fríos y calientes ahora inmortal,

Saludándote ante el feliz portal del Hades,

Pues para el dios de la Muerte de la vida es el portal.

Si no hubiera un Olimpo para ti, mi amor

Yo te lo construiría para que seas mi poderoso dios,

Yo tu único adorador feliz de ser

Tu único adorador a través de la infinidad.

Que hubiera tan solo un universo divino

Para mi amor, para mí y para lo que tú eres.

Tenerte es cosa de dioses

Y observar lo mejor de tu eternidad.

Pero esto es cierto y mío eres: el dios

Que ahora eres un cuerpo hecho por mí es,

Pues, si ahora carne eres en realidad

Más allá de los tiempos e incluso oscuridad,

Es para empoderar a mi gran amor que posees

Concediéndole la vida en ti para hacerlo carnal.

Si mi amado no hubiera tenido un imperio

De mi voluntad poderosa incalculable,

De los dioses no serías consorte.

Mi amor te encontró y cuando lo hizo 

Encontró su verdadero cuerpo y exacta expresión.

Por eso cuando tu recuerdo visualizo

Se proyecta un dios de entre los dioses pero yo

Elevo hasta la muerte la forma que tomó

Y ahí la dejo a la vista del amor.

¡Ay amor, amor mío, soporta mi voluntad

De amar el Olimpo, sé allí

El último dios, cuyo pelo meloso

Absorbe la mirada divina! Como en la tierra

En el cielo corpóreo deambules y seas,

Prisionero de la felicidad hogareña,

Con dioses ancianos, mientras en la tierra creo

Una estatua para la muerte que en ti veo.

Tu estatua inmortal sin piedra construiré

Pero la eternidad de nuestro amor

Deseada igualmente lamentaré.

Una parte tuya es como los dioses te ven

Ahora, y la otra el recuerdo presente.

Mi pena el dios de los hombres creará

Y en un parapete el recuerdo desnudo pondrá

Contemplando los océanos y el tiempo futuro.

Alguien dirá injurias de nuestro amor;

Otros nuestros nombres apuñalarán

Con odio feliz de bella belleza y construirán

Con nuestros nombres la base sobre la cual

El odio de nuestros hermanos tallarán.

Mas nuestra presencia como la eterna Mañana

Regresará a la hora de la Belleza y brillará

Desde el Este del Amor para consagrar

Los próximos dioses y el mundo carente adornar.

Todo lo que ahora eres es tú mismo y yo.

Nuestra presencia dual tiene su unidad

En la perfección del cuerpo que mi amor

Amándola fue, y de la vida consiguió

Alzarse en deidad y calmar la pugna

De los tiempos cambiando pasiones a lo lejos.

Los hombres ven más con los ojos que con el alma,

Aun siendo de piedra su gran duelo profesarán;

Aun deseosos tu presencia saciarán,

Este lamento llevaré hasta petrificar

Como una gran estrella en mi corazón. 

Así, aun de piedra, nuestro corazón grande permanecerá

En tu estatua de ambos, como el destino de un dios,

La esencia de nuestro amor encarnando y desencarnando,

Como una trompeta los mares alcanzando

Y de continente a continente marchando,

Nuestro amor mostrará su alegría y dolor, moribundo,

Sobre eternidades e infinitos.

Allí permaneceremos cual memoria o estatua,

Todavía el mismo, como lo fuimos mano a mano

Sin sentir la mano el uno del otro.

Los hombres todavía me verán cuando te perciban.

Todos los dioses sobrevivirán en los confines

De los tiempos. Si, en tu nombre,

Eso, siendo de ellos, se hubiera ido con su cantar,

Regresarían, como si nada, para despertar.

Entonces el fin de los días con Júpiter de nuevo nacido

Y Ganimedes de nuevo de fiesta

Vería nuestra alma dual liberada de la muerte

Y reconstruida en alegría, miedo, dolor –

Conteniendo todo ese amor;

La vida – belleza lujuriosa

Del propio amor del amor, de hechizo asombrada;

Y, si nuestro recuerdo en polvo quedara,

De nuevo por toda la estirpe de los dioses

Nuestra unidad dual sea alzada.

Todavía llovía. La noche lenta venía

Cerrando los párpados cansados de ambos.

La consciencia del ser y del alma

Débil, como una estampa de lluvia crecía.

El Emperador todavía yacía, tan quieto que ahora

Casi olvida dónde yacía o de dónde venía

La pena aguda sobre sus labios.

Todo parecía muy lejano, como un pergamino

Enrollado. Todo lo que sentía era el viso de un halo

Rodeando la luna con la noche llorando.

Su cabeza en sus brazos inclinada

En el lecho bajo, ajena a los sentidos quedaba.

Sus ojos cerrados abiertos parecían, el suelo vacío

Miraban, oscuro, triste, insignificante, frío.

Su aliento herido, todo lo que podía percibir.

De la oscuridad caída un viento se alzó

Y cayó; una voz se extasió en el jardín

Y el Emperador durmió.

Los dioses llegaron

Y sin saber cómo algo lejos se llevaron,

Sobre brazos invisibles de poder y descanso.

TAL VEZ QUIEN VE BIEN NO SIRVA PARA SENTIR

Tal vez quien ve bien no sirva para sentir

Y no le agrade estar por delante del sentimiento.

Es necesario tener medios para cada cosa,

Y que cada cosa tenga su medio, y el amor también

Quien tiene el medio para ver los campos por la hierba

No debe simplemente sentir por medio de la ceguera.

He amado sin ser amado, lo que he visto en fin,

Pues no se es amado como se nace sino como te haces.

Ella continúa tan bonita de cabello y boca como antes,

Y yo continúo como era antes, solitario en el campo.

Como si hubiera estado boca abajo,

Esto pienso y levanto la cabeza

Y el sol dorado seca la voluntad de las lágrimas que no puedo dejar de tener.

¡Tan grande como es el campo es el amor interior…!

Oigo y olvido como el agua seca que fui y árboles deshojados.

Yo no sé hablar porque estoy sintiendo.

Estoy escuchando mi voz interior como si fuera la de otra persona,

Y mi voz habla de sí misma como si fuera ella la que hablara.

Tiene el cabello rubio como el amarillo del trigo al sol claro,

Y la boca al hablar dice cosas sin palabra soltar.

Sonríe y los dientes como piedras de río limpios se muestran.

UN MEDIODÍA DE FINAL DE PRIMAVERA

Un mediodía de final de primavera

Tuve un sueño como una fotografía.

Vi a Jesucristo descender a la tierra.

Lo vi por la ladera de un monte

De nuevo convertido en pequeño,

Corriendo y rodando por la hierba

Y arrancando flores para disfrutar de ellas fuera

Y riendo tanto que lejos se oyera.

Del cielo había huido.

Era nuestro genio para huir

De la segunda persona de la Trinidad.

En el cielo todo era falso, todo sin armonía

Con las flores, los árboles y las piedras.

En el cielo siempre tenía que estar serio

Y volverse hombre otra vez de vez en cuando

Y subir a la cruz y estar siempre muriendo

Con una corona de laureles toda rodeada de espinas

Y los pies con clavos clavados,

E incluso con harapos alrededor de la cintura

Como los negros en los dibujos.

Ni siquiera le dejaban tener padre y madre

Como los otros niños.

Su padre era dos personas –

Un viejo llamado José, que era carpintero,

Y que no era su padre;

Y el otro padre era una paloma,

La única paloma fea del mundo

Porque no era del mundo ni era paloma.

Y su madre no había amado antes de tenerlo.

No era mujer: era una maleta

Con la cual vino del cielo.

Y querían que él solo de la madre naciera

Y que nunca amado y respetado padre tuviera,

¡Que a la bondad y a la justicia rogara!

Un día que Dios dormía

Y el Espíritu Santo volar quería

Fue a la caja de los milagros y tres robó.

Con el primero hizo que nadie elogiara su huida.

Con el segundo se hizo eternamente humano y pequeño.

Con el tercero creó un Cristo eternamente en la cruz

Y lo dejó clavado en la cruz que hay en el cielo

Y sirve de modelo para las demás.

Después huyó hacia el Sol

Y descendió por el primer rayo que agarró.

Hoy vive en mi aldea conmigo.

Es un niño de sonrisa bonita y natural.

Se limpia la nariz con el brazo derecho,

Chapotea en las pozas de agua,

Recoge flores que le gustan y las esconde.

Lanza piedras a los burros,

Roba fruta de los vergeles

Y se aleja para llorar y hablar con los perros.

Y, como sabe que ellas no gustan

Y que todos encuentran graciosas,

Corre tras las muchachas

Que van en grupo por las calles

Con los cántaros en las cabezas

Y les levanta las faldas.

A mí todo me enseñó.

Me enseñó a mirar las cosas.

Me indica todas las cosas que hay en las flores.

Me muestra cómo las piedras son realzadas

Cuando la gente las tiene en la mano

Y con esmero las contemplan.

Me habla muy mal de Dios.

Dice que es un viejo estúpido y enfermo,

Siempre escupiendo en el suelo

Y diciendo indecencias.

La Virgen María lleva las tardes de la eternidad haciendo punto.

Y el Espíritu Santo se esfuerza con su soplo

Y se sienta sobre las sillas y las ensucia.

Todo en el cielo es estúpido como la Iglesia Católica.

Me dice que Dios no comprende nada

De las cosas que creó –

«Si las creó él, cosa que dudo.» –

«Dice, por ejemplo, que los seres cantan a su gloria,

Mas los seres nada cantan.

Si cantaran serían cantantes.

Los seres existen y nada más,

Y por eso se llaman seres.»

Y después, cansado de hablar mal de Dios,

El Niño Jesús se duerme en mis brazos

Y lo llevo al cuello hacia casa.

Vive conmigo en mi casa en medio del monte.

Es el Eterno Niño, el dios que faltaba.

Es el humano natural,

Es el ser divino que sonríe y salta.

Y por eso sé con toda certeza

Que es el Niño Jesús verdadero.

Y el niño tan humano como divino

Es mi vida cotidiana de poeta,

Y es porque siempre va conmigo que siempre soy poeta.

Mirarle mínimamente

Me satisface completamente,

Y el más pequeños sonido, sea el que sea,

Parece hablar conmigo.

El Nuevo Niño que vive donde vivo

Me da una mano a mí

Y la otra a todo lo que existe

Y así vamos los tres por el camino que hubiere,

Saltando, cantando y riendo

Y disfrutando de nuestro secreto común

Que es el de saber por doquier

Que no hay misterio en el mundo

Y que todo vale la pena.

El Niño Eterno siempre me acompaña.

Mi mirada se dirige donde su dedo señala.

Mi oído alegremente atento a todos los sonidos

Son las cosquillas que me hace, saltando, en las orejas.

Nos hacemos tanto bien el uno al otro

En compañía de todo

Que nunca pensamos uno en el otro,

Mas vivimos juntos los dos

Con un acuerdo íntimo

Como la mano derecha y la izquierda.

Al anochecer saltamos los cinco peldaños

En la puerta de casa,

Peligrosos según conviene a un dios y a un poeta,

Y como si cada peldaño

Fuera todo un universo

Y por eso fuera un gran peligro para ella

Dejarla caer en el suelo.

Después le cuento historias solo de los hombres

Y él sonríe porque todo es increíble.

Se ríe de los reyes y de los que no son reyes,

Y siente pena al oír hablar de las guerras,

Y de los comercios, y de los navíos

Que echan humo en el aire de la alta mar.

Porque él sabe que todo eso falta a aquella verdad

Que una flor tiene al florecer

Y que se alimenta de la luz del Sol

Cambiando los montes y los valles

Y haciendo dolorosos los muros encalados a los ojos.

Después se duerme y yo lo acuesto.

Lo llevo al cuello dentro de casa

Y lo acuesto, lo desnudo lentamente

Como si de un ritual muy puro se tratase

Y enteramente maternal hasta quedarse desnudo.

Duerme dentro de mi alma

Y a veces se despierta de noche

Y salta con mis sueños.

Los gira con las piernas hacia arriba,

Pone unos encima de otros

Y agita las palmas de la mano solo

Sonriendo en mi sueño.

Cuando me muera, hijito,

Quiero ser el niño, el más pequeño.

Tómame del cuello

Y llévame dentro de tu casa.

Desnuda mi ser cansado y humano

Y suéltame en tu cama.

Y cuéntame historias, si me despierto,

Para volverme a dormir.

Y dame tus sueños para saltar

Hasta que nazca un día

Que tú cuál es sabrás.

Esta es la historia de mi Niño Jesús.

¿Por qué razón conocida

No ha de ser ella más verdadera

Que todo cuanto los filósofos piensan

Y todo lo que las religiones muestran?

LA GUERRA QUE AFLIGE CON SUS ESCUADRONES AL MUNDO

La guerra, que aflige con sus escuadrones al Mundo,

Es el tipo de error perfecto de la filosofía.

La guerra, como todo humano, quiere modificar.

Mas la guerra, ante todo, quiere modificar y modificar mucho

Y modificar deprisa.

Mas la guerra inflige a la muerte.

Y la muerte es el desprecio del Universo hacia nosotros.

Teniendo como consecuencia la muerte, la guerra demuestra ser falsa.

Siendo falsa, demuestra que es falso todo lo que quiere modificar.

Dejemos el universo exterior y los demás hombres donde la Naturaleza los colocó.

Todo es orgullo e inconsciencia.

Todo es querer mezclarse, hacer cosas, dejar huella.

Para el corazón y el comandante de los escuadrones

El universo exterior regresa al interior.

La química directa de la Naturaleza

No deja un hueco vacío para el pensamiento.

La humanidad es una revuelta de esclavos.

La humanidad es un gobierno usurpado por el pueblo.

Existe porque usurpó pero se equivoca porque usurpar es no tener derecho.

¡Deja existir el mundo exterior y la humanidad natural!

¡Paz para todas las cosas pre-humanas, incluso el hombre,

Paz para la esencia enteramente exterior del Universo!

AHORA TODOS LOS DÍAS ME DESPIERTO CON ALEGRÍA Y PENA

Ahora todos los días me despierto con alegría y pena.

Antiguamente me despertaba sin más.

Siento alegría y pena porque pierdo lo que sueño

Y puedo estar en la realidad donde está lo que sueño.

No sé qué he de hacer con mis sensaciones.

No sé qué será de mí solitario.

Quiero que ella me diga cualquier cosa para despertarme de nuevo.

Quien ama es diferente de quién es

Es la misma persona en su ser.

QUEDA ALTA EN EL CIELO LA LUNA DE LA PRIMAVERA

Queda alta en el cielo la luna de la Primavera.

Pienso en ti y dentro de mí estoy completo.

Hasta mí corre por los difusos campos una brisa ligera.

Pienso en ti, murmuro tu nombre; y no soy yo: soy feliz.

Mañana vendrás, caminarás conmigo cogiendo flores por el campo,

Y yo caminaré contigo viéndote coger flores.

Ya te veo mañana cogiendo flores conmigo por los campos,

Pues cuando vengas mañana y camines conmigo en el campo cogiendo flores,

Eso será una alegría y una verdad para mí.

¡AY, ERA COMO OTRA QUE NO TENÍA!

¡Ay, era como otra que no tenía!

¡Cómo amé cuando amé! Ay, cómo reía.

Como la persona que con ojos nunca veía

Tenia el trono donde una reina tendría.

Bajo sus pies me menosprecia la vida.

¡Estás acostada! La tarde está fría.

¿Oh mar sin muelle ni lodo o frescura,

Qué tienes conmigo, cuya alma es la mía?

Bajo un abanico de manías estamos

Y es súbito el recuerdo que interfiere

De la vieja hacienda y extenso campo.

Tras los cuales la merienda … ¡Oh amor, oh gloria!

¡Que se me cierren los ojos para toda la historia!

Como sapos saltamos y nos equivocamos…

AY, DÓNDE ESTOY O POR DÓNDE PASO, O DÓNDE NO ESTOY NI PASO

¡Ay, dónde estoy o por dónde paso, o dónde no estoy ni paso,

¡La banalidad devorante de las caras de toda la gente!

¡Ay, la angustia insoportable de la gente!

¡El cansancio inalterable de ver y oír!

(Murmullo de otro tiempo de mi propio arroyo, de mi propio bosque).

Quería vomitar lo que vi, solo por las náuseas de lo que había visto,

Las entrañas de mi alma alborotadas en mi ser.

EROS Y PSIQUE

… Y así ves, Hermano mío, que las verdades que nos fueron dadas en el Grado de Neófito, y aquellas que nos fueron dadas en el Grado de Adepto Menor, son, todavía, la misma verdad.

Del ritual del grado de Maestro del Atrio en la Orden Templaria de Portugal

Cuenta la leyenda que dormía

Una Princesa encantada

A quien solo despertaría

Un Infante, que vendría

Desde el muro de la calzada.

Tenía que haber intentado

El mal y el bien vencer,

Antes de ser liberado

Tomando el camino equivocado

Para a la Princesa ver.

La Princesa Durmiente,

Espera, durmiendo espera.

Sueña en muerte su vida,

Y su frente adorna escondida,

Verde, una guirnalda de hiedra.

Lejos el Infante, esforzado,

Sin contar con su intuición,

Deja el camino profetizado.

Él por ella es ignorado.

Ella para él sin mención.

Mas cada uno cumple el Destino –

Ella durmiendo encantada,

Él buscándola sin tino

Por el proceso divino

Que hace existir la calzada.

Y, aunque todo esté oscuro

Fuera en la calzada,

Y falso, él viene seguro,

Y venciendo calzada y muro,

Llega a la ensoñación habitada.

Y, todavía mareado por lo que viera,

La cabeza, que sobresalía,

Levanta la mano y encuentra la hiedra,

Y ve que él mismo era

La Princesa que dormía.

EL SOÑADOR VIOLINISTA

Del norte no venía

Del sur tampoco es,

Su loca melodía

Se oye donde estés.

Tan pronto se abrió camino

La gente a escuchar llegó

Tan pronto se fue, en vano

El deseo desvaneció.

Su extraña música llevaba

Deseos de libertad.

Sin ser aún melodía

Sin ser melodía tal.

Lejos en algún lugar,

Lejos más allá

Forzados a vivir, la tonada

Alivio les vendría a dar.

Deseos del alma

Les vendría a dar,

A las mentes des-almadas

A búsquedas sin encontrar.

La felizmente casada

Del mal despertaría,

El amante entusiasmado

Del tedio se alejaría,

Alegres moza y zagal

El sueño festejarían,

Los corazones estando tristes

Menos soledad sentirían.

En todos se abrió la flor

De tacto inmaterial,

El albor del espeso del alma,

Aquella inmensidad,

La sombra que nos bendice

Con caricias insondables,

El desasosiego luminoso

Mejor que lo confortable.

Tal como vino, se fue.

Apenas lo apreciaron.

Ligeramente se volvió

Entre silencio y recuerdo.

El sueño apaciguó sus risas,

La esperanza comenzó a cesar, 

Y solo poco después

De él no recordaron más

Hasta que la pena de vivir

La vida indeseada,

En horas de sueño trae

La paz en vida deseada,

Recuerdo improvisado – 

Del brillo de una luna naciente

Donde la vida-sueño aviva – 

El ritmo del soñador violinista.

¡LOS MUERTOS! QUÉ PRODIGIOSAMENTE

¡Los muertos! ¡Qué prodigiosamente

Y con qué horrible reminiscencia

Viven en nosotros recordándolos!

Mi vieja tía en su casa, en el campo

Donde yo vivía feliz y tranquilo y el niño que yo era …

Pienso en eso y una nostalgia toda de rabia me llena …

Y, además de eso, ya murió hace años…

Todo esto, bien mirado, es tan misteriosos como el ocaso…

Pienso, y todo el enigma del universo me llena.

Reviso aquello con la imaginación tan real

Que después, cuando pienso que aquello acabó

Y que ella está muerta,

Miro fijamente con misterio mas con palidez

Y lo veo más oscuro, con menos piedad, más lejano

Y ni lloro de lo atento que estoy al terror de la vida…

Cómo desearía ser parte de la noche,

Parte sin atisbo de la noche, un lugar cualquiera en el espacio,

Sin ser propiamente un lugar, por no tener posición ni atisbo,

Sino la noche en la noche, una parte de ella perteneciéndole por doquier

Y unido y apartado compañero de mi ausencia de existir…

¡Aquello era tan real, tan vivo, tan actual!…

Cuando en mí lo reviso, está otra vez en mí…

Me espanto de que algo tan real pudiera pasar…

Y no existir hoy y hoy ser tan diverso…

Discurre hacia el mar el agua del río, me abandona a la vista,

Llega al mar y se pierde en el mar,

Pero, ¿se pierde el agua de sí misma?

¿Una cosa deja de ser lo que es en realidad

O pecan de vida nuestros ojos y nuestros oídos

Y nuestra consciencia exterior del Universo?

¿Dónde está hoy mi pasado?

¿En qué baúl lo guardó Dios que no puedo dar con él?

Cuando lo reviso en mí ¿dónde estoy mirando?

Todo esto debe de tener sentido – tal vez muy simple –

Pero por más que lo piense no doy con él.

DESPUÉS DE DEJAR DE PENSAR EN EL DESPUÉS

Después de dejar de pensar en el después

Mi vida se relajó más —

Es decir, menos vida.

En mi única compañía me convertí.

Miro, desde lo alto del ventanuco,

A los muchachos bailar y saltar en la calle.

Su destino inevitable

Me duele.

Lo veo con la espalda al descubierto y me duele.

Dime, hombrecito, ¿quién te manda pasear por esta calle

Que está repleta de lares?

(Mas tu voz me interrumpe

— Voz alta, allí fuera en el jardín, muchacha —

Es como si yo dejara

Caer irresolutamente un libro en el suelo).

 

No tendremos mi amor, en este baile de la vida.

¿Por qué bromeamos con naturalidad

Con las mismas espaldas descubiertas

Y el mismo cuello que muestra la piel por encima de su camisa?

DANOS LA PAZ

Danos Tu paz,

Dios Cristiano falso, mas consolador, porque todos

Nacen para rezarte con emoción;

Dios anticientífico que enseñas más que nuestra madre;

Dios absurdo de la verdad absurda, mas que tiene la verdad de las lágrimas

En las horas de flaqueza al sentir que pasamos

Como el humo y la nube sin la emoción quererlo,

Como el rastro en la tierra, con el alma sensible…

Danos Tu paz, aunque no exista nunca,

Tu paz en el mundo que juzgas Tuyo,

Tu paz imposible tan posible en la Tierra,

Para la gran madre pagana, cristiana ahora en nosotros

Y que debe ser humana en todo cuanto es humano en nosotros.

Danos la paz como la brisa que llega

O la lluvia de plegarias en las tierras,

Y llueve con calma por las leyes naturales.

Danos la paz, que por ella vaya y regrese

Nuestro espíritu cansado hacia el cuarto de costura

Donde está la cuna inútil sin la madre meciendo al lado,

En cuya cómoda vieja está la ropa del bebé, desnudo

Con el poder de vestir la vida soñando…

Danos tu paz.

El mundo es incierto y confuso,

El pensamiento no llega a ningún lugar de la Tierra,

El brazo no alcanza más de lo que la mano puede contener,

La mirada no atraviesa las paredes de la sombra,

El corazón no sabe desear lo que desea

La vida siempre se equivoca en el camino de la Vida.

Danos, Señor, la paz, seas Cristo o Buda,

Danos la paz y admite

En los valles olvidados de los pastores desconocidos

Entre los carámbanos de hielo de los ermitaños perdidos,

En las calles transversales de los barrios de las ciudades alejados,

La paz de los que desconocen y olvidan sin querer.

Paz maternal que adormezca la tierra,

Durmiente sin filosofías para la ladera,

Memoria de los cuentos de hadas sin vida afuera,

Canción de cuna revivida por el pequeño sin futuro,

El calor, la niñera, el pequeño,

El pequeño que se va a acostar

Y el sentido inútil de la vida,

El viejo sepulturero de las cosas,

El dolor insondable de la tierra, de los hombres, de los destinos

Del mundo…

¡AY LA FRESCURA EN LA CARA DE NO CUMPLIR UN DEBER!

¡Ay la frescura en la cara de no cumplir un deber!

¡Faltar es positivamente estar en el campo!

¡Qué refugio el no poder tener confianza en nosotros!

Ahora que pasan las horas de encuentros respiro mejor.

Falté a todos, con una deliberación de incuria,

Esperé deseoso de ir hacia allí sabiendo que no llegaría.

Soy libre ante la sociedad organizada y encubierta.

Estoy desnudo, me sumerjo en el agua de mi imaginación.

Es tarde para estar en cualquiera de los dos puntos donde estaría a la misma hora,

Deliberadamente a la misma hora…

Está bien, me quedé aquí soñando versos y sonriendo con ironía.

¡Es tan graciosa esta parte asistente de la vida!

Incluso no consigo encender el siguiente cigarro…Es un gesto,

Me quedé con los demás, que me esperan, en el desencuentro que es la vida.

CANCIÓN DE CUNA

Angustia mi alma alberga

Y vieja canción de cuna inglesa

De mi mente racional llega.

En mi regazo mi rey reposa

Y se amamanta de mi pecho

Mientras su amor me tiene viva

Y a mi sentir le da sosiego.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción!

Todo mi arte musical daría

Por ser el pequeño inglés

Que esta canción recibía.

Una vez termines el alimento,

Descansa, criatura, en mí;

Que en tu madre y tu ama

Tu cuna pueda existir.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción!

Felicidad del ser habría

Cantada a manos blancas que

De la madre el vestido asían.

Me apena que no funcione

Como mi deseo querría,

Pues solo sería para ti

Lo mejor que debería.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción! 

Tristeza a mí veo llegar

Sabiendo que amargura soy

¡Y el niño recibe un cantar!

Mas yo soy y puedo ser,

Tuyo seré y debo ser,

Aunque poca cosa para ti

Salvaguárdote en mi ser.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción! 

Mi corazón duele a rabiar.

¡Llora al pensar en la canción

Que el niño ríe en su soñar!

En mi regazo mi rey reposa

Y se alimenta de mi corazón;

Mientras su amor me da la vida

Y el descanso de mi razón.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción! 

Niño también fui

Mas escuchando estaría

Susurros ahora en mí. 

Una vez termines el alimento,

Descansa, criatura, en mí;

Que en tu madre y tu ama

Tu cuna pueda existir.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción!

¡A ese tiempo querría tornar,

Tiempo que nunca fue mío,

Mas lo vivo para lamentar!

Me apena que no funcione

Como mi deseo querría,

Pues solo sería para ti

Lo mejor que debería.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción! 

Sí, vieja voz, en mi alma canta,

Tan maternal hasta dormir

Al niño que alegre se calma. 

Mas yo soy y puedo ser,

Tuyo seré y debo ser,

Aunque poca cosa para ti

Salvaguárdote en mi ser.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción!

Canta, no dejes mi alma llorar,

Un día un niño podrá tener

Canción para el sueño calmar. 

Mas yo soy y puedo ser,

Tuyo seré y debo ser,

Aunque poca cosa para ti

Salvaguárdote en mi ser.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción!

Por doquier escuché el cantar,

Siendo yo parte de la felicidad

Que vivía en el suave soñar.

Mas yo soy y puedo ser,

Tuyo seré y debo ser,

Aunque poca cosa para ti

Salvaguárdote en mi ser.

¡Canta, mi vida, esta canción,

Canta, alegría, esta canción!

Sí, sin saber yo fui por doquier

Ese niño, alma feliz dormida. 

¡Ahora, triste sino sin conocer!

ESE ES UN GENIO, ES LO QUE ES NUEVO…

Ese es un genio, es lo que es nuevo […]

El otro es un dios, y los niños del mundo no le escupen en la cara.

Quería ser una piedra, no aspiro a más, quiero

Ser algo que no pueda tener vergüenza ni desesperación,

Fui rey en mis sueños, mas ni sueños hubo, más allá de mí

Y la última palabra que se escribe en los libros es la palabra Fin. 

A MI QUERIDA MAMÁ

A mi querida mamá

Ay, tierras de Portugal

Ay, tierras donde nací

Por mucho que me gusten ellas

Mi gusto es siempre para ti.

EL AMOR ES UNA COMPAÑÍA

El amor es una compañía.

Ya no sé ir solo por los caminos, 

Porque ya no puedo ir solo. 

Un pensamiento visible me hace ir más deprisa

Y ver menos, y al mismo tiempo me gusta mucho ir viendo todo.

Incluso la ausencia de ella es algo presente en mí.

Y me gusta tanto ella que no sé cómo desearla.

Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los altos árboles.

Pero si la veo tiemblo, sin saber qué ha sido de mis sentimientos en su ausencia.

Todo entero me quedo sin fuerza, que me abandona.

Toda la realidad me mira como un girasol con la cara de ella en medio.

PASÉ TODA LA NOCHE EN VELA, VIENDO, SIN PODER, LA FIGURA DE ELLA

Pasé toda la noche en vela, viendo, sin poder, la figura de ella,

Y siempre viéndola de maneras diferentes a como la encuentro.

Creo pensamientos con el recuerdo que queda cuando me habla, 

Y en cada pensamiento ella varía su apariencia.

Amar es pensar.

Y yo que casi me olvido de sentir solo de pensar en ella.

No sé bien lo que quiero, incluso de ella, y no pienso en nada salvo en ella.

Tengo un gran pensamiento perturbador.

Cuando deseo encontrarla

Casi prefiero no encontrarla,

Para después no tener que dejarla.

No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que quiero. Solo quiero 

Pensar en ella.

No pido nada a nadie, ni a ella, solo pensar.

LO QUE VEMOS DE LAS COSAS SON LAS COSAS

Lo que vemos de las cosas son las cosas.

¿Por qué veríamos una cosa si hubiera otra?

¿Por qué nos engañaría ver y oír

Si ver y oír es ver y oír

Lo esencial es saber ver,

Saber ver sin pensar,

Saber ver cuando se ve,

Y no pensar cuando se ve,

Ni ver cuando se piensa.

Pero eso (¡lástima que traemos el alma vestida!),

Eso exige un estudio profundo,

Un aprendizaje de desaprender

Y el secuestro de la libertad de aquel convento

Donde los poetas dicen que las estrellas son monjas eternas

Y las flores las penitentes convictas de un solo día,

Pero donde al final las estrellas tan solo son estrellas

Y las flores son flores,

Siendo por ello que las llamamos estrellas y flores.

APOLO A NEPTUNO

Apolo a Neptuno le dijo:

“¡Ven, el mar beberé!”

Pero Neptuno jovialmente se rió

Alegre como un jovenzano,

Y gritó: “Bebe la tierra si puedes,

Y el infinito.”

Y el poeta, que entendió el mensaje simbólico,

Su tristeza sintió.

CONSTRÚYEME UNA CABAÑA

Constrúyeme una cabaña

En el bosque, un hogar simple, silente,

Como el respiro en el sueño,

Donde los deseos nunca deambulen

Y el placer todo lo guarde.

Un palacio alto que construir,

Con luces tenues en sus lares,

Sentimiento extraño que erigir,

Adonde vayan desde oscuridades

Mis deseos de vuelta a morir.

Cava una sepultura también,

Que cabaña o palacio no pueden dar

Pero yo pueda tener,

Que la vida de tanto agotar

Como una ola se pueda suspender.

VOSOTROS, CREYENTES EN CRISTOS Y MARÍAS

Vosotros, creyentes en Cristos y Marías,

Que enturbiáis las claras aguas de mi fuente

Solo para decirme  

Que hay aguas de otra especie.

Bañando prados con los mejores recuerdos, –

De esos otros lugares para que me cuenten

Si estas aguas y prados

¿Son de aquí y me seducen?

Los dioses dieron esta realidad

Y para bien real externa la hicieron.

¿Qué será de mis sueños

Sino de los dioses la caridad?

Dejadme la Realidad del momento

Y mis dioses tranquilos y cercanos

Que no habitan errantes

Mas en los ríos y campos.

Dejad que mi vida siga pagana

Por las avenas tenues acompañada

Con los juncos de los ríos

Sincerándose ante el dios Pan.

Vivid en vuestros sueños y dejadme

El altar inmortal donde está mi culto

Y la visible presencia

De mis próximos dioses.

Inútiles pretendiendo lo mejor de la vida,

Dejad la vida a los creyentes viejos

Más que a Cristo y a su cruz

Y llorando a María.

Ceres, la señora de los campos, me consuela

Y Apolo y Venus, y el viejo Urano

Y los truenos, de la mano

Que van de Júpiter acompañados.

AYER POR LA TARDE UN HOMBRE DE CIUDAD

Ayer por la tarde un hombre de ciudad

Hablaba en la puerta del hostal.

Hablaba conmigo también.

Hablaba de la justicia y de la lucha para tener justicia

Y de los trabajadores que sufren,

Y del trabajo constante y de los que tienen hambre,

Y de los ricos, que solo tienen cubiertas las espaldas para eso.

Y, mirándome, vio lágrimas en los ojos

Y sonrió con agrado, considerando que yo sentía

El odio que él sentía, y la compasión

Que él decía tener.

(Mas yo mal lo estaba oyendo.

¿Qué me importan a mí los hombres

Y lo que sufren o se supone que sufren?

Si son como yo—no sufrirán.

Todo mal del mundo viene de relacionarnos los unos con los otros,

Sea para hacer el bien, sea para hacer el mal.

Nuestra alma y el cielo y la tierra nos bastan.

Querer más es perder esto, y ser infeliz).

Yo en lo que estaba pensando

Cuando el amigo del pueblo hablaba

(Lo cual me conmovió hasta llorar),

Era en cómo el murmullo lejano de los sonidos

En esa atardecer

No parecía las campanas de una capilla pequeña

Donde fueran a misa flores y riachuelos

Y las almas sencillas como la mía.

(Alabado sea el Señor sin ser yo bueno,

Y siendo egoísta innato como las flores

Y los ríos que siguen su camino

Preocupados sin saberlo

Solo por florecer e ir corriendo.

Esa es la única misión del Mundo,

Esa — existir claramente,

Y saber hacerlo sin apenas pensar en ello).

Y el hombre se calló mirando a poniente.

Mas, ¿qué tiene como poniente quien odia y ama?

ÁNGELES O DIOSES, SIEMPRE HEMOS TENIDO

Ángeles o dioses, siempre hemos tenido

La visión perturbada de que encima

De nosotros y obligándonos

Otras presencias actúan.

Como las que hay sobre el ganado en los campos,

Nuestro esfuerzo, que ellos no entienden.

Los coacciona y obliga

Sin que ellos nos perciban.

Nuestra voluntad y nuestro pensamiento

Son las manos por las cuales otros nos guían

Hacia donde ellos quieren

Pero nosotros no deseamos.

EL PASTOR AMOROSO PERDIÓ SU CAYADO

El pastor amoroso perdió su cayado,

Y las ovejas se dispersaron por la ladera,

Y, de tanto pensar, ni tocó la flauta que había traído para tocar.

Ninguna apareció o desapareció. Nunca más el cayado encontraría.

Otros, arremetiendo contra él, recogieron las ovejas.

Después de todo, nadie le quería.

Cuando se enderezó de la ladera y verdad falsa, todo lo vio:

Los grandes valles llenos del mismo verde de siempre,

Las grandes montañas a lo lejos, más reales que cualquier sentimiento,

Toda la realidad, con el cielo y el aire y los campos que existen, presente.

(Y de nuevo el aire, tanto tiempo ausente, le entró en los pulmones)

Y sintió que el aire de nuevo, con dolor, en el pecho libertad traía.

ESTA TARDE CAYÓ UNA TRONADA

Esta tarde cayó una tronada

Por las laderas cielo abajo

Como un pedrusco enorme…

Como alguien desde una ventana alta

Sacudiendo el mantel de la mesa,

Y las migajas que caen todas juntas,

Hacen un ruido al caer.

Caía la lluvia del cielo

Para los caminos ennegrecer…

Los relámpagos sacudían el aire

Haciendo templar el lugar

Como una gran cabeza diciendo que no,

No sé por qué — yo no tenía miedo —

Me puse a rezar a Santa Bárbara

Como si yo fuera la tía vieja de alguien…

¡Ay! rezando a Santa Bárbara

Me sentía todavía más sencillo

De lo que me juzgo ser…

Me sentía familiar y en casa

Y habiendo pasado la vida

Tranquilamente, como el muro de un patio;

Teniendo ideas y sentimientos por tener

Como el perfume y color que tiene una flor…

Me sentía alguien capaz de creer en Santa Bárbara…

¡Ay, poder creer en Santa Bárbara!

(Quien cree en la existencia de Santa Bárbara

¿La considerará como algo visible

O qué considerará de ella?

(¡Qué ilusionismo! ¿Qué saben

Las flores, los árboles, los rebaños

De Santa Bárbara?… Una rama de árbol,

Si pensara, nunca podía

Construir santos ni ángeles…

Podría considerar que el Sol

Es Dios y que la tronada

Es una cantidad de gente

Furiosa por encima de nosotros…

¡Ay, de los hombres más sencillos

Enfermos, confusos y estúpidos

Ante la llana simplicidad

Y la salud existente

En los árboles y las plantas!).

Y yo, pensando en todo esto,

Me quedé de nuevo menos feliz…

Me quedé sombrío, dolorido y triste

Como un día amenazando una tronada

Sin siquiera la noche alcanzada.

EL GIRASOL

I

Los ojos de Dios brillar verás.

Su palabra yendo por doquier.

Cada cosa una lección confiere

A nuestro supuesto despertar.

Verde como hojas su pensar,

Amarillo cuando girasol es.

Aun así lejano y separado

Brilla por Dios trenzado.

Mis pasos iluminan el camino,

Una estela espacial dejando,

Y atroz abismo enfrentando

El rostro de Dios escondido.

Mis sueños, besos angelicales.

Ligeramente tocan mi corazón,

Hacen caricias oscuras.

Mi parte más divina son.

Una flor tengo en mi mano.

De los campos no es.

Dios mira y puede entender,

Pues él es el soñador que crea.

II

Sabe cómo inician los sueños,

Sabe alegrar la flora.

Mira: mi taza sostengo

Y con vino Dios me trastorna.

ORACIÓN

Sin lágrimas, Nuestra Señora,

Consagra mi noble corazón.

Enfermo estoy en esta hora,

De amargo vino embriagador

De cuitas y miedos ahora,

Por solo ansiar de corazón.

De nada me sirve rezar,

Mi corazón se llena de pena.

Tu mirada sería caridad,

Aunque desprecio en ella viera.

Permite que pueda tornar

A ser el niño que era.

Solo lágrimas en mis amores.

Añoro tanto mi corazón.

¡Oh, cuna de mis temores

Y tu manto, mi salvación!

¡En vida y cerca yo te tendría,

Y así  tu mano tocar podría!

No sé cómo rezar.

Mi corazón está rasgado.

Mi pelo gris crecer verás.

Mis labios bien enseñados

Noche y día mencionarán

Tu nombre todo guardado.

La fe de mis padres se eleva

Ante mi voz ahora enferma.

Con mis ojos ésta te reza

Rosarios de angustia. ¡Eterna

Alma con dulces mentiras llena

Pesares que tu hijo encierra!

El sabor tengo olvidado

De la fe y oración doliendo.

Mi corazón crece devastado.

¡Tu mano mi pelo meciendo

Como una madre aliviado

La muerte que voy tejiendo!

CÁLIZ

¡Cáliz de mi comunión

Con el brillo que se perdió!

Comunión dentro de la unión.

¡Entre mis sueños y yo!

¡Oh, cáliz tan querido!

Réplica espiritual en tu vino

Del reino de Dios,

Mi alma ha sumergido la hostia

De mis momentos divinos.

Labios como besados tengo.

Mi triste alma feliz canta.

¡Oh, brillo entre la niebla

De trémulas alas angelicales!

El centro lunar de Dios siento,

Un bebé naciendo de nuevo,

Recordando cómo me hallé

Cuando de Dios desperté

Y el mundo al alrededor sentí.

D. JUAN I

El hombre y el tiempo son uno

Cuando Dios crea la historia y está hecha.

Lo demás es carne, cuyo polvo

La tierra acecha.

Sin saberlo, Maestro del Templo,

Que Portugal fue hecho para ser,

Que tuviste la gloria y pusiste el ejemplo

Para defender

Tu nombre, elegido en su fama,

En el arado de nuestra alma interna.

La que repele, eterna llama,

La sombra eterna.

LA DOCTRINA DE LOS TRÁNSICTOS

El horóscopo no informa de lo que hay antes del nacimiento ni de lo que hay después de la muerte, aunque se puede suponer que los aspectos (direcciones) conversos y directos tras la muerte pueden indicar ciertos fenómenos externos relacionados con la vida, por así decirlo, prenatal y póstuma del individuo. Esto, sin embargo, es dudoso.

La vida es esencialmente acción, y lo que indica el horóscopo es la acción en la vida del nativo. No hay que buscar tres cosas en el horóscopo: (1) las cualidades fundamentales del individuo en cuanto a su grado interno; (2) el punto de partida social de tu vida; (3) lo que resulta de él y de su vida después de la muerte. Todo menos esto, el horóscopo incluye y define.

Que no nos sorprenda el horóscopo de un célebre artista tan grande que solo después de su muerte se borre y se frustre: el horóscopo indicará cualidades artísticas (en un grado que no podemos medir) e indicará oscuridad. Todo se indicará en abstracto; solo una clarividencia nuestra podrá concretarlo. (Tal es el significado de la primera apotema de Ptolomeo).

Por ejemplo, el horóscopo de un poeta dramático puede determinarse como tal, y dentro de ese horóscopo se puede indicar cierta fama y cierto beneficio. Aparte de eso, el horóscopo puede ser el de Shakespeare o el de un poeta dramático menor que, en el momento de su vida, tuvo una vida de fama y obtuvo ganancias idénticas o similares a las de Shakespeare. El horóscopo revela, más o menos lo que el mundo ve. Nunca debemos olvidar este detalle tan importante. Sin él no haremos nada de astrología.

LA OSCURIDAD

Ahora sé, tata,

Que el amor es vano.

Cuando era pequeño

Solías cantar.

Mi mente calmabas

Y el mal aliviabas.

Esa canción sueño 

En mí alcanzar.

Sentir yo deseo

Al niño de nuevo

Que dormir hacías

Con suave cantar,

Tan suave tarareo 

Que la realidad seducía 

Y llorar me hacía
Al verla marchar.

Junto al lecho, ama

De nuevo tú canta 

La canción que me encanta

Esperar encontrar.

Mi alma padece

Y la alegría entristece.

Canta dulcemente

Acariciando mi frente.

¡Lugares perdidos 

En sueño y soñar!

Cuentos de hadas

Nunca contados,

Mas aparecidos

De la profundidad

¡De tus letras aladas

Y hechizo elevado!

Tú canta como si

También escuchases.

Canta como si yo

No conociese 

Más que la noche

De tu cantar,

Con mi aliento absorbido

En mi pecho encogido.

¿Mas por qué viví

Lejos de este momento

De tus cantares

Tal vez de reinas

En mis soñares,

Quizá de flores,

De aromas perdidos

Para mis sentidos?

¿Por qué yo perdí

Lo que no tenía

Y era tu voz,

La noche y mi corazón?

¿Por qué yo elegí

Pensamiento, amor y vida,

Errónea elección

Y falsa puntería?

Canción de mi ama,

Para mí de nuevo.

Canta hasta encontrar

Mi corazón entero,

La vida malsana,

Librando los sueños

Flotando encogidos

En lo desconocido.

Tú ya no eres más

Mi ama que canta,

Mi infancia vivida

Me hizo renacer.

No: tú eres la hora

De sueño que emana

La escena dolida,

De mal padecer;

Maternal y sombría,

Noche consagrada,

En donde mi alma

Está encantada

Por los profundos confines

Que de placer siento

Y el sutil duelo

De dolor y tiempo; 

Hundido en el lecho,

De noche enterrado

Sin pena ni gloria

Por ser como un cero,

Después de un buen trecho

Un barco apagado,

Libre de la escoria

De ser pensamiento.

CANCIÓN

Lirios deshoja y rosas lanza

Allá donde avanza

Entre astros cantando himnos,

¡Hermana de ángeles divinos!

Polvo de sol temprano

Cambiante con frescura hilado

Para vestir la brisa – 

¡Con ropa de esta guisa!

Sombras púrpuras, agua llueve,

Neblina naciente se envuelve

Sobre los árboles – sean

Para ella ¡fiesta de primavera!

Desde los cielos ella descendió

Para mezclarse con agitación

Y aunar sueños con realidad

Y bendecida intranquilidad.

Sea esto la ofrenda elegida

Del canto de la terrenal alegría. 

Cada día esto le entregamos

Y así el cielo le acercamos.

LA ISLA

Llorad, viola y violín,

Clarinete y oboé.

¡Ved una isla encantada,

Reflejo que la luna tiene!

En sueños mis pies la acarician

Entre luz y oscuridad.

¡Mi alma cortejarla podría

Para del sueño salvar!

Viola, flauta y violín.

¡Ved en el aire la isla!

Por ella vago, sin fin

Con demasiada osadía.

Y el aire que le da la vida

No es aire, mas luna en fin.

Sus sendas cada nota conocen

De viola y violín.

Mas ¿es tan real esa isla,

Como las nuestras mortales?

¿Acaso la flauta, viola y oboé

Con música abren portales,

Para de alguna manera

En algún lugar mostrarme

En un mar tejido de luna

Esa extraña isla oscilante?

Puede que sea real.

¿Más real que las nuestras?

Esa isla no sabe del tiempo

Ni necesita saberlo

Pues es real en esencia

En algún lugar estelar. 

Y tenue se esvanece 

Ante la flauta, oboé y violín.

LA DANZA DE LOS DUENDES

Al principio solo la luna

Y los árboles oscurecidos

En la lunar laguna

De vientos desaparecidos.

Entonces lo oculto se despertó

Donde nevaba silencio de luna

Y un vago ciclón

De puntillas se acentúa.

Lentos, solos, desocupados,

Lejos de toda vista

Por doquier manifestados

De placer como bailarinas.

Su incertidumbre envolvía

Un pesar  de corazón,

Un temor fantasmal

Vanidoso y hablador.

El corazón recordaba vidas

Antes que amor y lar,

Su raro recuerdo revivía

Solo al llegar el danzar.

Un deseo de algo incierto,

Nuestro ser en libertad,

El alma como luna, empero

La esperanza de su danzar.

A hurtadillas levitando

Luz y oscuro armonizados,

Escondidos, mezclados, 

Bailando aquí y allí alejados.

De izquierda a derecha, siendo

De ningún lugar, danzaban.

Con su flauta tañendo,

El baile que deseaban.

Allí, en silencio caían 

Como algo en el suelo,

Un rato paraban, otro seguían

Entonces rotaban de nuevo,

Hasta que al cesar sus giros

El aire frío se vuelve más frío.

Vuelve la luna y su brillo

Y allí solo quedó un vacío.

SUS DEDOS DISTRAÍDOS SE ENTREMEZCLAN CON SUS ANILLOS

En la forma de tu mirada hay ángeles caídos

Y acueductos sobre las aguas de tu sonrisa calmadas.

Tus gestos una princesa solitaria soñando ante un libro

Junto a una ventana que da al lago de una isla alejada.

Si extendiera mi mano para tocar la tuya sería 

Mañana en algún Oriente detrás de las torres de una ciudad.

Las palabras ocultas en mi rostro la luz lunar sobre el mar serían

Algo tuyo en mi alma como alegría en la festividad.

Deja que tu silencio me cuente los incontables sueños que eres.

Deja que la caída de tus párpados prolongue paisajes lejanos.

Los chorros de agua regresan al escuchar de sus irrealidades

Y ésta es la flor que cojo, de lo que te callas, hablando.

Flores y flores a lo largo del camino de tu conversación próxima.

Jardines del siglo decimoctavo muy tristes en nuestro sueño,

Son tu consciencia en tus párpados, en tus labios y mejilla.

Por tu ventana permites la lluvia desdibujada a un niño enfermo.

No pises el silencio que es el palacio donde nuestra consciencia

Vive en jardines de vidas paralelas de nuestra alma.

¿Qué somos en nuestro sueño sino un cuadro que en esencia

Es la obra maestra de un pintor que nunca traza?

SONETO

Dios hizo de mi estremecimiento Su lira humana,

Lira con curvas que en rostro de ángeles terminan.

Cuando Dios canta, la canción es una invisible llama

Y alas medio invisibles sobre ella giran.

¡Fuente de incorruptible aspiración! 

¡Mi barco navega por una isla verde-dorada!

Mi alma ahora cansa con su elección

Mi débil consciencia con Dios mezclada.

Mas vivir no es estar ya con Dios

Mezclado. Solo vida necesitamos, vida.

Maldad, odio, lujuria, traición, dolor

Cotidiano, la senda de los sueños, el puñal

Que la pena esconde hasta matarla, el placer 

De la muerte –  todo esto es el rencor de Dios deseado.

EL REY DEL VACÍO

Quizá algún día haya vivido – 

Sé que vivió – un rey ignorado

En el extraño Reino del Vacío.

Fue señor de esto y de aquello,

De cada parte de nosotros 

Entre el dormir y el despertar,

Entre el silencio y el hablar,

Entre nuestras consciencias; 

Aquel rey extraño reino mudo

De espacio y tiempo retuvo.

Supremos fines sin hazañas

Entre ellos y la no realizada 

Sin corona gobierna. Misterio 

Es  a la vista, viendo y sin ver.

Se queda sin morir o nacer,

Arriba en su vacía presencia.

Una hendidura en su ser.

Caja abierta, nada que ofrecer.

Creen que es Dios, mas él no.

UN DÍA BLANCAMENTE NUBLADO ENTRISTEZCO HASTA TEMER

Un día blancamente nublado entristezco hasta morir

Y medito acerca de los problemas que finjo …

Si el hombre fuera como debiera,

No un animal enfermo, mas el más perfecto de los animales,

Animal completo, no incompleto,

Debería encontrar el sentido a las cosas de otra manera,

Otra y verdadera.

Debería haber logrado un sentido del «conjunto»,

Un sentido como ver y oír del «total» de las cosas

Y no solo un pensamiento, como tenemos, del «conjunto»;

Y no solo una idea, como tenemos, del «total» de las cosas.

Y así veríamos – no tendríamos noción de conjunto o de total

Porque el sentido de «total» o de «conjunto» no sería de un «total» o de un «conjunto»

Sino de la verdadera Naturaleza tal vez ni en todo ni en partes.

El único misterio del Universo es el más y no el menos.

Entendemos demasiado las cosas – he aquí el error y la duda.

Lo que existe trasciende hasta lo que pensamos que existe.

La Realidad tan solo es real y no pensada.

El Universo no es una idea mía.

Mi idea del Universo es que es una idea mía.

La noche no anochece por mis ojos.

Mi idea de la noche es que anochece por mis ojos.

Fuera de lo que piense y de cualquier pensamiento que tenga

La noche anochece concretamente

Y el resplandor de las estrellas existe como si pesara.

Así como fallan las palabras cuando queremos expresar cualquier pensamiento,

También fallan los pensamientos cuando queremos pensar cualquier realidad.

Pero, como, la esencia del pensamiento no es ser dicha, sino ser pensada,

Así es la esencia de la realidad o existir, el no ser pensada.

Así todo lo que existe, simplemente existe.

El resto es una especie de sueño que tenemos,

La vejez que nos acompaña desde el nacimiento de la enfermedad.

Lo que el espejo refleja es cierto; no se equivoca porque no piensa.

Pensar es en esencia equivocarse.

Equivocarse es en esencia estar ciego y sordo.

Estas verdades no son perfectas por ser dichas,

Y antes de dichas, pensadas.

Mas en el fondo lo cierto es que se niegan a sí mismas

En la negación opuesta al afirmar cualquier cosa.

La única afirmación es ser.

Y ser lo contrario es lo que no quería de mí…

LA NOCHE CAE, EL CALOR GOLPEA UN POCO

Cae la noche, el calor zozobra un poco.

Estoy lúcido como nunca lo había pensado

Y teniendo una conexión directa con la tierra.

No este tipo de conexión sensorial secundario llamado la vista,

La vista desde la cual me separo de las cosas,

Y me acerco a las estrellas y a las cosas distantes —

Me equivoco porque lo distante no es lo cercano,

Y acercarse es engañarse a sí mismo.

D JOÃO EL PRIMERO

El hombre y el tiempo son uno

Cuando Dios crea la historia y está hecha.

Lo demás es carne, cuyo polvo

La tierra acecha.

Sin saberlo, Maestro del Templo,

Que Portugal fue hecho para ser,

Que tuviste la gloria y pusiste el ejemplo

Para defender

Tu nombre, elegido en su fama,

En el arado de nuestra alma interna.

La que repele, eterna llama,

La sombra eterna.

AHORA QUE SIENTO AMOR

Ahora que siento amor

Estoy interesado en lo que huele.

Nunca antes me interesó el olor de una flor.

Ahora huelo las flores como si viera algo nuevo.

Sé que olían, como sé que existía.

Éstas son cosas que se conocen afuera.

Pero ahora lo siento respirando detrás de la cabeza.

Hoy las flores me saben bien en un gusto que se aprecia.

Hoy a veces me levanto y huelo antes de ver.

MI MIRADA ES NÍTIDA COMO UN GIRASOL

Mi mirada es nítida como un girasol.

Acostumbro a pasear por las calles

Mirando de izquierda a derecha,

Y de vez en cuando mirando hacia atrás

Y lo que veo en cada momento

Es aquello que nunca antes había visto,

Y sé cómo abarcarlo muy bien…

Sé tener la sorpresa natural

Que tiene un bebé si, al nacer,

Notara que de verdad nacía…

Me siento nacer a cada momento

Eternamente de nuevo en el Mundo …

Creo en el Mundo como en una margarita, 

Porque lo veo. Pero no pienso en él

Porque pensar es no comprender…

El Mundo no se hizo para pensar en él

(Pensar es estar enfermo de los ojos)

Sino para vernos en él y estar en sintonía…

Yo no tengo filosofía: tengo sentidos… 

Si hablo en la Naturaleza no es porque sepa lo que es

Sino porque la amo y por eso la amo,

Porque quien ama nunca sabe lo que ama

Ni sabe por qué ama ni lo que es amar…

Amar es la eterna inocencia,

Y la única inocencia es no pensar…