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Alimenta tu alma con literatura

La Luna que nutre

luna

Se hizo larga la espera pero mereció la pena. La luna dejó notar su presencia conforme llegaba la noche. Estaba oscureciendo pero el reflejo de la luna nutría las aguas cristalinas de manera que de un vistazo se lograba ver todo el universo sobre esas aguas cristalinas. Era una noche apacible, los nubarrones habían dado paso a una noche limpia, estrellada dejando ese frescor tan de agradecer en una noche de verano tras una tormenta.

Todo en la vida se hace esperar. No desesperes, todo llega, el verano también (¡incluso las moscas, mosquitos y moscardones!). Tras la noche mágica de San Juan las aguas vuelven a su cauce … nutridas por la energía de la luna. 

La lluvia caída paralizó toda actividad pero también mostró su apoyo a la luna que todo lo nutre. La espera se hace eterna pero también nos invita a reflexionar sobre nuestros proyectos por eso la lluvia que dio inicio al verano, unida a la fuerza de la luna, nos invitó a sentir lo que realmente deseamos conseguir en estos momentos. Así pues, siéntate, reflexiona acerca de tu situación actual, hazte tu propio coaching para dejar fluir las energías de la luna y de la lluvia en todo tu ser, nutriendo así cada célula, cada órgano con tu respiración. Con cada inhalación siente cómo un color entra por la nariz, llena tu cuerpo y se instala en una parte concreta, no importa el color como tampoco importa el lugar donde se quede. Simplemente déjate llevar, de esta manera estarás estableciendo un diálogo interior con tu mejor versión a través de tu cuerpo físico. 

Ahora piensa en lo que deseas alcanzar. Comienza el verano con los alimentos que nos proporciona la luna, la lluvia, tu aliento. Siente por unos momentos en aquello que anhelas y déjalo fluir, siente que vendrá lo mejor que tenga que venir. A veces no llega lo que esperamos y nos frustramos pero en el fondo tan solo debemos saber si eso es para nosotros en este momento o tal vez no estemos preparados para recibirlo. Simplemente déjate llevar por tus pensamientos (positivos) y emociónate como si ya hubieras logrado tu objetivo. Piensa, siente pero también ACTÚA. ¡Ponte en acción! ya que las cosas no llegan solo con pensar que deseamos lograr tal cosa.

La espera merece la pena. De la misma manera que llegó el verano, la lluvia y el alimento de la luna, también llegan nuestros objetivos. Repasemos lo que deci el Salmo de David:

El Señor es mi pastor, nada me faltará.

En lugares de delicados pastos me hará descansar.

Junto a aguas de reposo me pastoreará.

Conformará mi alma.

Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo.

Tu vara y tu cayado me inundarán aliento.

(Salmo 23)